Mundo Latino (desaparece hacia 1933)
La Editorial Mundo Latino (Plaza Cordón) fue sucesora de la Agencia General de Librería y Artes Gráficas – publicó las revistas Cervantes y Cosmópolis – desaparece en 1933, en plena República.
Las memorias de F. Torres Yagües (1972) – Mundo Latino es una casa editorial fundada por José Ma. Yagües, su tío.
El padre de Yagües abrió un taller de encuadernación en la calle del Almendro de Madrid que trasladó a la calle del Nuncio. Ese taller se amplió con una pequeña imprenta sita en la plaza de la Paja. Después este señor compró un solar en la Plaza del Conde de Barajas donde edificó una casa con planta baja y un piso. En el piso habitaba la familia y en la planta baja trasladó el taller de encuadernación de la calle del Nuncio. Al quedar libre este local, la imprenta de la plaza de la Paja se mudó al Nuncio. La situación quedó así:
Taller de encuadernación: planta baja de la Plaza del Conde de Barajas
Imprenta: calle del Nuncio.
La Editorial Mundo Latino no sólo trabajaba con la imprenta propia de la calle del Nuncio sino que entregaba proyectos a otras, singularmente a la de Galo Sáez en Mesón de Paños.
La Editorial Mundo Latino editaba revistas, entre ellas Cervantes y Cosmópolis. Tenía el afán de las Obras Completas. En los años 20 trabajaron en la editorial Ángel Dotor, Alfonso Hernández Catá y F. Torres Yagües, sobrino del fundador. En esa época había dependencias de la editorial en la calle de Larra, piso semiprincipal.
Obras Completas: José Francés, Pérez de Ayala, Emilio Carrere, Francisco Villaespesa, Fernández Flórez ¿??, Manuel Machado, Gómez Carrillo…
Hubo momentos en que la empresa editorial tenía tres sellos: Mundo Latino, la Editorial Yagües –dedicada al libro de enseñanza- y Ediciones Españolas –que publicó traducciones de Pierre Benoit, Anatole France, Maurice Maeterlinck y de psicología experimental que vendía en quioscos y estaciones de tren.
La editorial usaba la propia imprenta pero tambien colaboraba con otras, en especial con la de Galo Saez en Meson de Paños – Galo Sáez, soso, grandote, de pocas palabras, buena persona.
“Conservo casi toda la colección (de Cervantes) y hoy su lectura es deliciosa para mí” dice F. Torres Yagües en su libro de memorias (1972, 37)
En 1972 sólo quedaban algunas instalaciones en la plaza del Conde de Barajas
Ballesteros de Martos vivía en una pensión de la calle Sal –¿hoy c/ Ga. Alvarez?- con Enrique García Álvarez.
Alcides Spelucín (Aula Vallejo, 2, 3, 4 – Universidad Nacional de Córdoba, p. 105. Ed. J. Larrea) recuerda que Cervantes fue leída con gran interés en Perú e influyó en César Vallejo: comenzó a usar letras “upper-case” y “word-spacing” en su poesía y suprimió los enlaces entre unidades de sentido.